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Virus informáticos

Jesús Couto F.*

 

Cualquier persona medianamente informada debió enterarse de la alarma que sacudió en las cercanías del 6 de marzo pasado a los usuarios de las computadoras en todo el mundo; para ese día estaba programado que un nuevo virus, llamado Miguel Angel , destruyera la información, de todos los ordenadores que hubiera infectado. Esta extraña y nada agradable celebración del natalicio del genial artista florentino no es más que la más reciente expresión, en el mundo de los computadores personales, de la pesadilla tecnológica de los virus informáticos.

Pero, ¿qué es exactamente un virus de computadora? Dada la inexperiencia de muchos en los terrenos de la informática, algunas personas piensan que su máquina puede "pescar" una enfermedad de éstas tan fácilmente como ellos pueden resfriarse, dándoles casi vida propia. Por supuesto, esto es completamente falso. Un virus informático no es más que un pequeño programa cuya principal característica es la de poder autocopiarse, o sea reproducirse, sin que el usuario lo sepa. Esta "virtud" es la razón de que se les llame virus: como sus contrapartes biológicas, "infectan" discos y programas obligándolos a producir otras copias, para así llegar a otros programas y continuar el ciclo. Dependiendo del tipo de ordenador al que infecta, un virus puede pasar de un computador a otro automáticamente o los mismos usuarios pueden diseminarlos involuntariamente, al llevar un diskette de una computadora infectada y usarlo en una sana. El primero es el caso de las grandes redes de computadoras en las que muchas máquinas están conectadas entre sí, mientras que el segundo ocurre entre las computadoras personales, que no están conectadas en red.

Una vez que sabemos contra qué nos enfrentamos, quedan todavía algunas dudas: ¿quiénes programan los virus?, ¿con qué intenciones? y ¿por qué alguien codifica un virus que puede causar daños a un número indeterminado de usuarios a los que ni siquiera conoce? Aquí también, y dada la gran difusión de las noticias referentes a los virus, se han desarrollado las teorías más estrambóticas: algunos aseguran que los virus son creados por grandes compañías de software buscando que, con el miedo a una infección, los usuarios no se distribuyan copias de sus programas entre ellos mismos, lo cual a pesar de ser ilegal es bastante común; otros creen firmemente que algunas empresas desarrollan los virus para después vender la "vacuna", o sea, un programa el especialmente dedicado a eliminar el virus. Aunque este tipo de hipótesis paranoicas nunca pueden ser del todo refutadas, la mayoría de los virus son desarrollados individualmente por personas con un alto conocimiento de los aspectos más complejos de determinados sistemas de computación.

El primer virus conocido fue "escrito" en 1983 por Fred Cohen, estudiante de la Universidad de California del Sur, con el único fin de probar que pequeños fragmentos de código pueden reproducirse solos, anexarse a otros programas y afectar el funcionamiento de las computadores en las que se encuentren. Su teoría fue todo un éxito, y presentó sus resultados en un seminario. Sin embargo, una idea de tanto potencial destructivo no podía quedarse en la investigación por mucho tiempo.

Aunque Cohen creó su virus con buenas intenciones y no lo diseminó por el mundo entero, a otros la idea de poder crear con sus conocimientos "diablillos" diminutos que causasen desastres por todo el mundo era sencillamente muy tentadora. Aparecieron así las primeras cepas de virus: desde los más inocentes que se limitan a escribir un mensaje en la pantalla, hasta los más dañinos, capaces de dejar un diskette o disco duro inservibles . Hoy en día, con el surgimiento de los programas antivirus, el reto para esta especie de “niños traviesos" de la computación es escribir virus cada vez más indetectables y perniciosos, para poder regocijarse infantilmente en el anonimato cuando lean en el periódico, vean en TV y oigan entre sus colegas los desastres que su obra ha causado.

Ante un panorama tan desalentador, han aparecido las primeros rayos de esperanza: primero, con los ya nombrados programas antivirus, el segundo porque los gobiernos de varios países ya han tomado conciencia de la gravedad del asunto, y empiezan a actualizar sus legislaciones para dar el castigo justo a los culpables que se encuentren. El caso más famoso es el del virus INTERNET, que afectó una de las redes más grandes de computadores de los Estados Unidos, inutilizando por semanas más de 6 mil ordenadores, y por el cual su autor, Robert Morris, ya ha sido enjuiciado. Además, y como cumpliendo un ciclo predeterminado, el concepto del virus ha vuelto a los campos de la investigación, ya que algunos expertos han propuesto la creación de virus benignos que, aprovechando las características de la replicación automática, pudieran aportar beneficios a las máquinas a las que infectaran; por ejemplo, se podrían codificar virus "vacuna" que se diseminaran por el mundo dando caza a sus parientes dañinos.

Como podemos ver, la última palabra sobre los virus no está dicha aún. Desafortunadamente, todavía nos queda mucho que oír al respecto.

(*) Estudiante de Ingeniería de Computación Cohorte '89.

Universalia nº 8 Sep - Dic 1992